Elon Musk sigue siendo uno de los visionarios más fascinantes de nuestro tiempo. Pese a que siempre es el centro de la polémica por su ambición desmedida, lo cierto es que traza planes a muchos años vista: desde implantar chips en el cerebro humano hasta colonizar Marte, pasando por la idea de que cada hogar tenga su propio robot, Musk parece vivir en un futuro que aún no ha llegado. El gran problema es que imaginar estos sueños es mucho más sencillo que convertirlos en realidad.
Este choque entre ambición y ejecución es la gran batalla que enfrenta el hombre más rico del planeta desde hace un tiempo: la cuestión de la credibilidad. Más allá de sus polémicas públicas, desde su apoyo a Donald Trump hasta sus controversias en redes sociales por criticarlo -y pedirle perdón-, lo cierto es que sus grandes proyectos acumulan retrasos y promesas incumplidas. Ahora a esta lista se suma otro de sus planes estrella. Uno que confirmó a bombo y platillo: los esperados robotaxis de Tesla.
Elon Musk tropieza otra vez con su gran apuesta: Tesla se convierte en el blanco de las críticas dentro del sector eléctrico
Los desafíos que se plantea Musk nunca han sido fáciles, y buena parte de ellos parecen sacados de una novela de ciencia ficción, ese género que marcó su infancia y despertó su pasión por la tecnología. Uno de esos retos es la conducción autónoma, un campo en el que Tesla lleva años trabajando, pero que todavía está lejos de ser un estándar seguro.

El foco ahora está en los robotaxis, esos vehículos capaces de circular sin conductor. Aunque la tecnología está bastante avanzada, Musk ha admitido recientemente en su cuenta de X (antes Twitter) que la seguridad es la gran piedra en el camino. Ante una pregunta directa sobre el estado del proyecto, el propio responsable de Tesla no dudó en reconocer las dificultades.
La pregunta no era casual: Tesla había prometido lanzar su servicio de robotaxis en Austin el 12 de junio. Esa fecha ya ha pasado sin que el proyecto haya visto la luz, y Musk ha atribuido el retraso precisamente a cuestiones de seguridad, un aspecto que parece estar manteniendo en vilo a su equipo. Ahora ha dado una nueva fecha tentativa: el 22 de junio. Pero, fiel a su estilo, advierte que la fecha podría cambiar. “Estamos siendo súper paranoicos con la seguridad, así que todo puede variar”, escribió. Además, anunció que el primer Tesla que conduzca solo desde la fábrica hasta la casa del cliente será el 28 de junio, un hito simbólico para la compañía.
No es nuevo que Musk tenga que echarse atrás y reajustar sus calendarios. De hecho, si hiciéramos un repaso, lo habitual en sus planes es que lleguen tarde. Si sus promesas se hubiesen materializado, hoy podríamos comprar el robot Optimus y ya habría misiones tripuladas rumbo a Marte. Pero estamos en 2025 y nada de eso ha ocurrido En teoría, Tesla quiere poner en circulación un millón de coches autónomos para finales de 2026, con los robotaxis como pieza clave. Pero la realidad es que la compañía aún no parece estar segura de poder cumplir esos objetivos.